Obsesiones
"No puedo dejar de pensarlo..." “Sé que es una tontería pero…¿y si?”
Si alguna vez has tenido un pensamiento que se repite una y otra vez en tu mente, probablemente has sentido esa sensación de atrapamiento. Los pensamientos obsesivos pueden aparecer de forma inesperada y, una vez que están ahí, parece imposible dejarlos ir. A veces, son ideas relacionadas con miedos irracionales, otras veces con la incertidumbre sobre el futuro o la necesidad de controlar cada aspecto de la vida. Lo que todos tienen en común es el sentimiento de descontrol, esa sensación de que la mente está fuera de nuestro alcance.
Es importante entender que tener pensamientos obsesivos no significa que estés “fallando” o que algo ande mal contigo. De hecho, es una experiencia mucho más común de lo que creemos. La mente tiene formas de reaccionar frente a la ansiedad o el estrés, y una de ellas es repetir pensamientos, como si buscara una solución que nunca parece llegar. Sin embargo, esos pensamientos no son más que ruido mental, y en muchos casos, no tienen nada que ver con la realidad.
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Lo peligroso de los pensamientos obsesivos es que pueden robarnos la paz y, poco a poco, afectar nuestra calidad de vida. Nos quedamos atrapados en bucles mentales, revisando una y otra vez los mismos escenarios, las mismas preocupaciones. Esto genera angustia, cansancio mental y, a menudo, nos lleva a evitar situaciones o personas que creemos están relacionadas con esos pensamientos. Aquí es donde interviene la terapia, no como un lugar para “apagar” esos pensamientos, sino para comprender su origen y aprender a manejarlos.
Teóricos como Salkovskis han explorado la naturaleza de los pensamientos obsesivos y cómo estos pueden estar conectados con una intensa necesidad de certeza. Él argumenta que las personas que experimentan pensamientos obsesivos a menudo sienten que deben actuar para evitar un peligro que creen inminente, lo que refuerza la compulsión de pensar en esos temas. Amparo Belloch ha contribuido a la comprensión de cómo estos pensamientos pueden convertirse en un ciclo de ansiedad que se retroalimenta, creando una espiral difícil de romper.
Lo que muchos no saben es que, detrás de los pensamientos obsesivos, suele haber una intensa necesidad de control. Nos aterra la idea de que algo se nos escape de las manos, y entonces, nuestra mente se aferra a esos pensamientos, creyendo que, si los repetimos lo suficiente, podremos prever o evitar alguna catástrofe. Pero el verdadero reto está en aprender a soltar ese control, a aceptar la incertidumbre y a confiar en nosotros mismos para lidiar con lo que venga.
En la terapia, no solo se busca gestionar los pensamientos obsesivos, sino cambiar la relación que tienes con ellos. No se trata de luchar contra la mente ni de intentar “bloquear” esos pensamientos, sino de aprender a observarlos sin dejar que te dominen. Existen distintos abordajes terapéuticos que pueden ayudarte a reducir el poder que tienen esos pensamientos sobre ti y a vivir con mayor calma y claridad mental.
La buena noticia es que no tienes que quedarte atrapado en este ciclo. Los pensamientos obsesivos no te definen. Son solo una respuesta mental a situaciones de ansiedad o estrés, y con la ayuda adecuada, puedes aprender a liberarte de ellos. La terapia es ese espacio donde puedes explorar qué hay detrás de esos pensamientos, qué los alimenta y, lo más importante, cómo empezar a tomar el control de tu mente nuevamente.
“No puedes detener las olas, pero puedes aprender a surfear.”
Jon Kabat-Zinn
Esta cita resume una de las grandes verdades sobre los pensamientos obsesivos: no siempre podemos evitarlos, pero podemos aprender a manejarlos, a no dejarnos llevar por ellos y a vivir con más paz.
Recuerda, no eres tus pensamientos, eres la parte auténtica que los observa. Si tú también quieres y necesitas un espacio para reencontrarte contigo, para entender, comprender, para aceptar y, sobre todo, para recuperar tu vida, escríbenos. Nos alegrará tener el honor de acompañarte en el camino