El terapeuta trabaja con toda la familia o pareja (o con quienes sean parte del problema) para ver qué está manteniendo el conflicto y qué cambios pueden ayudar a restaurar la paz. Por ejemplo:
Si te sientes agotado, frustrado y sin saber qué más hacer, o si te has planteado la separación porque parece que no hay otra opción, la Terapia Sistémica es para ti. No importa cuán grandes parezcan los problemas: es posible reconstruir los lazos y devolver la armonía a tus relaciones con la ayuda adecuada.
Reserva tu sesión y encuentra una nueva manera de relacionarte con quienes más te importan. Porque no se trata de cambiar a los demás, sino de transformar juntos la forma en que se conectan.